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2013-11-19
Una bibliotecaria hecha a pulso, iniciativa y ganas

''La biblioteca no le hace daño a nadie''

 
Texto y fotos: Juan Carlos Millán / MinCultura
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 Ruth Melba Romo se desempeña hace ocho años como bibliotecaria del resguardo indígena de San Juan, ubicado a 20 minutos de Ipiales.

Una de las historias más llamativas de la Segunda fiesta binacional colombo-ecuatoriana de la lectura es quizá la historia de Ruth Melba Romo, quien luego de recibir una biblioteca situada en zona rural de Ipiales (Nariño), en la que prácticamente todo estaba por hacer, logró sacarla adelante para convertirse en un ejemplo a seguir en ambos lados de la frontera gracias a los múltiples métodos y recursos empleados para incentivar el gusto por la lectura.

''¿Qué saca uno con tener 2.500 libros si no se conocen o si uno nunca los lee? Si uno mismo no tiene idea de dónde obtener la información que necesita, ¿cómo va a poder orientar a los usuarios'', cuestiona esta virtual autodidacta en la noble tarea de hacer que los indígenas de esta comunidad de la etnia de los pastos y especialmente los más pequeños comiencen a comprender la importancia de leer y poder contar sus propias historias; principios esenciales en torno a los cuales se ha construido el Plan Nacional de lectura y Escritura Leer es mi cuento.   

¿Cómo comenzó su trabajo como bibliotecaria?

Cuando la biblioteca fue trasladada al municipio y se le entregó al resguardo, la persona a cargo de la biblioteca dejó de ir porque no le pagaban su trabajo; de manera que cuando yo la recibo, con el cambio de administración, encontré todo muy desordenado, y aunque no tenía mayores nociones de cómo poder organizarla comencé a tratar de hacerlo a partir de Senderos, antigua página de la Biblioteca Nacional de Colombia, en la que pude obtener información sobre lo que se esperaba de un biblioteca pública.

¿Qué tan fácil resultaba documentarse viviendo en una vereda?

Como no tenía internet tenía que venir a Ipiales cada vez que podía para poder investigar qué debía hacer para organizar la biblioteca, además de comenzar a trabajar de una manera muy estrecha con el Banco de la República, gracias al apoyo que recibí por la gerente de aquella época: doña Rosa Cecilia Carlosama, quien por lo menos a mí me guió mucho y cuyos consejos fueron muy importantes en mi proceso de formación.

¿Qué recuerda de aquellos primeros años?

Recuerdo que ella solía decirnos que cada vez que fuéramos a la biblioteca si al salir en la tarde pensábamos que no habíamos aprendido nada regresáramos y leyéramos algo. “Tomen un libro, ábranlo donde quisieran y lean esa página”, nos aconsejaba haciendo que yo terminara tomándole un  gran cariño y aprecio a la biblioteca, en cuya sede procuraba replicar buena parte de las actividades que se adelantaban en la biblioteca del Banco.

Algunas cosas funcionaban y otras más bien poco, por lo que yo trataba de hacer énfasis en las experiencias que hubieran resultado exitosas de manera que pudiera replicarlas en el resto de las veredas con maletas viajeras y talleres de lectura que terminaron abarcando también a los hogares comunitarios, además de continuar asistiendo a los talleres que programan de manera periódica tanto el Banco de la República como el Ministerio de Cultura, que por ejemplo este año trajo a Pilar Posada y María del Sol Peralta, cuyo trabajo con primera infancia es espectacular.

¿Cómo es el trabajo en un resguardo indígena?

La verdad es que el trabajo en zonas rurales es un poco más complicado porque se dificulta mucho más el acceso a los libros; de tal manera que si por una parte se facilita el trabajo en la medida que los niños están mucho más atentos, también hay que apelar a la memoria del propio resguardo, de manera que una y otra actividad terminen complementándose.

¿Alguna estrategia en particular que quisiera compartir?

¿Qué he tratado de hacer? Hablar con los adultos mayores para que nos cuenten sus historias de manera directa o a través de videos que luego se relacionan a algunos de los textos que tenemos disponibles, porque la verdad es que la comunidad de los pastos es muy poco lo que tiene en forma escrita, aunque yo he tratado de ir recopilando esa tradición.

¿De dónde surgió la idea de hacer este tipo de registros en video?

Como muchas veces trabajamos con las uñas y a veces nos resulta imposible trasladar a los ancianos, lo que hacemos es grabarlos y luego llevar esa experiencia al resto de la comunidad.

¿Qué otras herramientas emplea para fomentar el interés por la lectura?

Cada vez que los niños vienen a la biblioteca para hacer una consulta relacionada con una tarea, yo procuro que investiguen en diferentes textos porque la idea es que cada uno pueda dar distintas soluciones a un mismo problema. Esa es un poco mi manera de trabajar: evitar que el ambiente de la biblioteca termine siendo un ambiente homogéneo en el que no se propicie la discusión sobre distintos temas.

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¿Cómo funciona su biblioteca?

La biblioteca en que yo trabajo tiene varios espacios, y en uno de ellos incluso van los niños a jugar y divertirse, porque eso de que las bibliotecas deben ser espacios silenciosos es una idea que hace parte del pasado. La biblioteca debe ser por encima de todo un espacio activo y de ahí que se definan como entornos vivos.

¿Qué tal es el acceso a las nuevas tecnologías?

Yo logré conseguir en 2008 un total de 25 computadores, pero lastimosamente el 2 de febrero de 2012 nos robaron 15. De manera que con eso estamos trabajando ahora especialmente para que los niños puedan consultar algunas enciclopedias virtuales. Y a veces una persona nos presta un módem cada dos veces por semana.

Ya con las personas que no tienen ningún tipo de conocimiento respecto al funcionamiento de un computador se trabaja los fines de semana; en este momento estamos procurando que se inscriban en el Sena y así puedan obtener una certificación que avale este tipo de capacitaciones para personas entre los 20 y los 54 años interesadas en aprender y salir adelante, no obstante a que algunos de ellos –sobre todo a los más viejos- se les dificulta sobremanera el uso del mouse.

¿Qué otro tipo de alianzas se han adelantado en este sentido?

Nosotros trabajamos muy de la mano con las escuelas porque en las zonas rurales es difícil encontrar acceso a internet y el que hay en este momento es demasiado costoso o tiene una velocidad muy deficiente, sumado al hecho de que las bibliotecas escolares no suelen atender en horas de la tarde. Razones por los cuales nosotros recibimos públicos interesados en hacer sus consultas en nuestros computadores así como de niños a los que les gusta ir a la biblioteca a jugar y entretenerse en diversas actividades.

¿Cómo definiría una biblioteca?

La biblioteca es un espacio de formación, orientación y acceso a la información y el entretenimiento de toda una comunidad. Hace poco, por ejemplo, debido al paro agrario dos personas que venían de Argentina quedaron atrapadas y decidieron ayudarme a realizar las tareas de promoción de lectura entre los niños de la comunidad, muy a pesar de que incluso nos llegaron a hacer cerrar la biblioteca durante dos días.

Pero como la biblioteca no le hace daño a nadie, nos dimos a la tarea de compartir nuestros conocimientos e incluso llegamos a celebrar unos talleres sobre el manejo que se podía darles a los empaques desechables para poder darles un nuevo uso que evitara una mayor contaminación.

Mayores informes:

Juan Carlos Millán G.
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