Se trata de un acto de reivindicación y de reconocimiento de la historia de los miles de afrodescendientes que fueron esclavizados en ese lugar entre los siglos XVI y XIX.
Hoy la mayor parte del predio es de privados, pero la Alcaldía comenzó los trámites para comprarlo, con el fin de desarrollar procesos turísticos y culturales.
Villa Rica, Cauca, 11 de septiembre de 2024 (@mincultura). El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes le entregó oficialmente a la Alcaldía Villa Rica, Cauca, la resolución 277 del 19 de julio de 2024, en la que declara la Hacienda La Bolsa como Bien de Interés Cultural del Ámbito Nacional.
La Bolsa fue uno de los principales centros esclavistas del norte del Cauca entre los siglos XVII y XIX. Es una hacienda colonial que construyó la Compañía de Jesús en el siglo XVII y se la vendió en 1.688 a los Arboleda, familia de esclavistas que además tuvo en esa región las haciendas Japio y Quintero. El más recordado es Julio Arboleda, apodado por la gente como 'El diablo blanco'.
El ministro Juan David Correa recorrió los predios junto a las autoridades locales y, durante una ceremonia en frente de la comunidad, explicó que la declaratoria "es un acto de reparación y de reivindicación de la historia de miles de afrodescendientes" que padecieron la esclavización en "un escenario brutal de violencia".
El Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa, en un recorrido por el antiguo cementerio de la Hacienda La Bolsa con la Alcaldesa de Villa Rica, María Edis Dinas. Foto: Alberto Sierra.
En el siglo XIX, muchas personas esclavizadas de La Bolsa huyeron y dieron origen a varios municipios de esta zona, como Villa Rica, donde la mayor parte de sus habitantes se reconoce, precisamente, como descendiente de quienes trabajaron forzosamente esa hacienda.
“Aquí nació Villa Rica”, explicó Alfredo Viveros, historiador del pueblo, durante un recorrido por el cementerio de La Bolsa junto al ministro y a la alcaldesa María Dinas. Viveros recordó que cuando los trabajadores esclavizados escapaban, los hacendados mandaban a buscarlos con perros cazadores que los podían herir hasta la muerte.
Menciones de ese tipo nutren el valor patrimonial de La Bolsa, a la que personas como Viveros consideran también un espacio de resistencia de sus antepasados y de memoria para las actuales generaciones.
Fue la comunidad, de hecho, la que en 1998 pidió su declaratoria como Bien de Interés Cultural del orden Nacional en una consulta previa, con el fin de buscar su preservación.
Alexandra Gamboa, coordinadora del Grupo de Investigación y Documentación de la Dirección de Patrimonio y Memoria del Minculturas, resaltó en el acto de entrega que esta declaratoria es importante, precisamente, porque muestra que el patrimonio no se limita a lo arquitectónico, sino que también nace de prácticas y memorias que las comunidades buscan conservar.
Esa memoria, en el caso de La Bolsa, atraviesa distintos lugares del predio. Por ejemplo, en el bosque de samanes se ubicaba una capilla en la que, por un lado, se hacía un trabajo evangelizador con las personas afrodescendientes y, por otro, estos desarrollaron creencias ancestrales asociadas a esos árboles. En el cementerio los sepultaban, pero también se volvió un lugar asociado a la libertad cuando la opción era escapar o morir. Dentro de la casa había un “cuarto de pique” o de castigo, donde los esclavizados señalados de mal comportamiento o de incumplir con sus tareas eran castigados, incluso, hasta la muerte. O el muro del que se dice que “siempre sangra o llora sangre”, en el que los encadenaban y castigaban.
Tumbas del antiguo cementerio de la Hacienda La Bolsa. Foto: Alberto Sierra.
Lo que viene
La intención de la Alcaldesa de Villa Rica, María Dinas, es adquirir la Hacienda, propiedad privada en su mayor parte, para que se convierta en un punto turístico en el que se haga pedagogía y memoria "para que todo individuo sepa que la paz es el camino", dijo.
Su administración ya adquirió el sector del cementerio, y ya comenzó a explorar la posibilidad de comprarla totalmente. Las actuales dueñas de la hacienda, de hecho, le presentaron durante la ceremonia con el Minculturas una carta en la que manifiestan la intención de venderla.