La cineasta Katherine Ramírez, quien trabaja en los colectivos Matisse Films y Soacha Conexión, dice con orgullo: “Yo también soy soachuna". Esta frase es el preludio antes de que la cineasta cuente lo que significó para ella trabajar con las Madres de Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (MAFAPO) en el cortometraje documental Las locas decían la verdad.
“Yo ya había trabajado con el tema de cine comunitario y el acercarlo para que ellas fueran las que estuvieran tanto delante como detrás de cámaras fue para mí una experiencia muy significativa", explica la cineasta sobre este proceso.
El cortometraje, en el que también trabajó el cineasta comunitario Jefferson Romero, se estrenará este sábado 30 de noviembre, a las 4:00 p.m., en el auditorio del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, en Bogotá. La entrada es libre con previa inscripción en este enlace: https://rebrand.ly/EstrenoCineComunitario.
Las locas decían la verdad se plantea como un homenaje a la valentía y la lucha incansable por la justicia y la verdad de las integrantes de MAFAPO y, además, impulsa las garantías de no repetición y reparación simbólica a través del cine comunitario.
El cortometraje, que contó con la participación de 25 personas, entre jóvenes, mujeres y madres víctimas del conflicto armado, es el resultado del proceso de Formación en Cine Comunitario, una estrategia de la Dirección de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes
Ramírez habla sobre el proceso de creación de esta producción, que nació gracias al trabajo articulado con la Fundación MAFAPO y el apoyo de la estrategia Cine al Campo del Centro para la Industria de la Comunicación Gráfica (CENIGRAF) y el Centro de Formación en Actividad Física y Cultura del SENA.
Minculturas: ¿Cómo fue la metodología de trabajo con las Madres de Falsos Positivos de Soacha y Bogotá?
Katherine Ramírez (K.R.): La metodología que nosotros usamos fue aprender haciendo. Teníamos un tiempo limitado, más o menos una semana y media, en el que ellas tenían que recibir formación sobre principios básicos de fotografía, escritura de guion, producción y dirección para que pudieran desarrollar el cortometraje.
Entonces, era una metodología con la que repartíamos las sesiones: una parte del día era sobre lo conceptual y luego íbamos al hacer. En una parte explicábamos, por ejemplo, cómo funciona el storyboard y demás, y de pronto les pedíamos que dibujaran para hacer su propio storyboard. Yo asumí la parte de la escritura del guion y del guion técnico.
El cortometraje contó con la participación de 25 personas, entre jóvenes, mujeres y madres víctimas del conflicto armado.
Minculturas: ¿Cómo fue el proceso para construir ese guion?
K.R.: Usamos diferentes dinámicas. Como era un proceso muy rápido, no podíamos extendernos en toda la complejidad de cómo escribir un guion, entonces, fuimos a las cosas más prácticas: lo primero fue un ejercicio de escritura, a modo de cuento, y luego, eso que estaba en un lenguaje literario, lo fuimos pasando a un lenguaje cinematográfico.
Con la guía del aprender haciendo, la idea era que, por medio de juegos, ellas iban entendiendo conceptos y adaptándolos. Por ejemplo: si en el cuento hay un personaje ficticio, por así decirlo, luego había que aterrizarlo en una imagen.
Yo realmente las admiro mucho porque ellas también vienen de hacer otras experiencias, como trabajar en teatro, por lo que no era tan difícil que tuvieran ciertos conceptos, sino que ya los entendían mucho más fácilmente.
Minculturas: Este es un tema muy doloroso que se ha tratado desde diferentes campos artísticos. ¿Qué cree que le puede aportar el cine comunitario?
K.R.: Una de las reflexiones que hacíamos con ellas es que era muy importante que las historias se narraran desde las ópticas de los protagonistas. La historia de los falsos positivos (ejecuciones extrajudiciales) ya ha sido contada antes por agentes externos, por así llamarlos. Es decir, llega a alguien, recopila la información y hace la historia.
Esto no quiere decir que sea malo o bueno, sino que finalmente genera una distancia frente al dolor, por ejemplo. Pero ya con ellas estando desde la preproducción y la realización del cortometraje, la narrativa cambia totalmente; ellas ponen desde los detalles simbólicos hasta los relatos.
Ellas mismas diseñaron ciertos planos y decidieron qué era lo que querían narrar frente a unas entrevistas que se les hicieron. Diría que eso es lo importante, que no se queda en agentes externos, sino que es desde su propia voz.
Minculturas: ¿Cómo se llegó al título de 'Las locas decían la verdad'?
K.R.: En esos mismos ejercicios de los relatos, usábamos el tema de la cartografía social y una de las cosas que ellas contaban de esa etapa en la que comenzaron a hacer esas denuncias, a encontrarse con otras y a decir: 'Yo no soy la única, sino que a ellas también les pasó', es que el insulto que más recibían era: 'Ustedes están locas'.
Cuando iban a todos esos entes de control a hacer las denuncias correspondientes, eso era lo que recibían. Y en el gobierno de esa época también recibieron ese título. En ese ejercicio, una de ellas hizo un chiste referente a eso: 'Si ven, las locas decían la verdad'. Y en ese momento todas dijeron que ese título debería estar.
Minculturas: Teniendo en cuenta su experiencia con Soacha Conexión, ¿cuál puede ser el impacto del cine comunitario para contar esta y otras historias?
K.R.: El cine comunitario es como esa democratización del hacer cine. Para nadie es un secreto que en Colombia es muy difícil sacar una película, son de gran ayuda los estímulos del FDC (Fondo para el Desarrollo Cinematográfico) y demás, pero también hay una competencia, no todos ganan y es un poco complejo.
Lo que yo he encontrado muy mágico del cine comunitario es saber que uno puede hacer cine con otros. Por ejemplo, aquí en el municipio todos nos conocemos en el entorno audiovisual y, si alguien quiere hacer un corto, todo es muy mancomunado. Y no solo frente a otros realizadores, sino incluso con la vecindad y las instituciones educativas; es decir, se unen diferentes esfuerzos para sacar el producto audiovisual. Entonces, es esa magia de hacer cine por querer hacer cine, más allá incluso del resultado.
Homenaje a las víctimas de ejecuciones extrajudiciales en Bogotá
El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes realizará un homenaje a las víctimas de ejecuciones extrajudiciales este 30 de noviembre, que incluye el estreno del cortometraje Las locas decían la verdad.
Además, en la Estación de la Sabana, a las 10:00 a.m., junto a las Madres de Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (MAFAPO) se presentará la segunda fase del proceso de cocreación y avances del parque memorial '6.402+ razones para no olvidar', una propuesta pensada a partir del cuerpo de la mujer, del vientre y de la relación con sus hijos.
Estas iniciativas representan un avance en el cumplimiento de uno de los compromisos de la Presidencia de la República con las víctimas, planteado en 2023, en el marco del programa Gobierno Escucha.