En 2016, mujeres artesanas con saberes ancestrales fundaron la organización Raíces del Manglar para enfrentar la violencia y el desplazamiento. Su sustento proviene de la recolección de la piangua en los manglares, utilizada para preparar platos tradicionales y generar ingresos a través de la pesca, artesanías y bebidas ancestrales.

Los manglares están ubicados principalmente en la zona costera del Pacífico colombiano. Son árboles ubicados entre la tierra y el mar, contienen minerales como el carbono que combaten el cambio climático.

De sus troncos sobresalen unas raíces enormes, hogar de especies animales: peces y moluscos como piangua, que es recolectada por concheras o piangüeras en San Andrés de Tumaco.

Con las botas de caucho puestas y los pantalones remangados cuentan en qué consiste su labor. “Yo siempre me presento con un canto: la piangua es buena comida con toda su vitamina, la piangua es buena comida con toda su vitamina, ¡ayai!, y qué vitamina, ¡ayai!, Y que medicina, ¡ayai!”, recita Silvia Magnolia Ordoñez.

Esta especie es utilizada para preparar de platos típicos como ceviches, tamales y guisados. En un punto de San Andrés de Tumaco es recolectada por 45 mujeres cabeza de hogar, que pertenecen a la organización Raíces del Manglar fundada, en 2016, para enfrentar la violencia, el desplazamiento forzado y el conflicto armado. Ellas también atrapan camarones y elaboran artesanías, así como bebidas ancestrales: viche y arrechón.

Actualmente, alertan el peligro que enfrenta su oficio debido al cambio climático y a la construcción de viviendas a orillas de los manglares. “Como la concha es tan limpia, a medida que se ensucian las aguas ella se retira, se hace más lejos”, explica Silvia. Al principio conchaban a diario, ahora lo hacen cada tres días.

Para contrarrestar este fenómeno, decidieron ser guardianas de los manglares. Promueven la pesca sustentable a partir de la pedagogía, promoviendo la recolección de pianguas de mayor tamaño para evitar su extinción. Asimismo, participan en jornadas de siembra de manglares, porque entienden que, además de ser su sustento, son esenciales para el planeta.

“Papito Dios nos ha dado esta riqueza y debemos cuidarla, estamos tiempo, necesitan nuestro respaldo”, dice Silvia Magnolia Ordoñez. Cada seis meses hacen limpieza, sin embargo, la cantidad de residuos no cesa por el consumo de plásticos en todo el país.

Para ella conchar es mágico, siente que ha creado una conexión con los manglares: “ellos cantan, ellos lloran, uno llora con ellos, canta con ellos, baila con ellos”. Raíces del Manglar participó, el pasado 7 de octubre, en el Pacto Cultural por la Vida y por la Paz, presentando sus productos a los tumaqueños. Además, desde el Ministerio de las Culturas las Artes y los Saberes, en alianza con la Cancillería, se busca el establecimiento de la hoja de ruta para la eventual inscripción de la “Actividad tradicional de recolección de la piangua por mujeres del pacífico: conocimientos, habilidades y prácticas” en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La historia de estas mujeres representa, una vez más, la importancia de la cooperación colectiva y la protección de los saberes. La Cultura de paz es con las mujeres, es con la memoria y el respeto por la vida en todas sus formas o no será.