• En el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el próximo 3 de diciembre, la compañía de danza Concuerpos comparte la historia de su proyecto de danza inclusiva, en escenarios accesibles y con integrantes con y sin diversidad funcional y sensorial.

Bogotá, 30 de noviembre de 2023 (@mincultura). Entre sillas de rueda, música y abrazos, Diana León, actual directora artística, recuerda que cuando entró como profesora la compañía de danza inclusiva Concuerpos, se preguntó: “¿Cómo movilizar mis ideas es este espacio en torno a la pedagogía, la danza y la creación?”

Hace 15 años, Concuerpos creyó fielmente en la potencia de la danza contemporánea, como vehículo de creación para personas con y sin diversidad funcional y sensorial. Logró – dice Diana - que “la danza inclusiva no fuera un género sino una visión, una metodología, un enfoque de trabajo”.

Y hoy sueña con espacios accesibles para la creación, la investigación y el disfrute de la danza contemporánea.

Encontrar esos lugares no es la única limitación que encuentran, porque también existe una visión sesgada de las personas con discapacidad, de su facultad para bailar, crear y reflexionar.

Sin embargo, ser ganadores de uno de los proyectos en el programa de Estímulos del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, sobre la accesibilidad universal a la puesta en escena en danza, les devuelve la ilusión de un cambio social que acepte la diversidad física, y que cada vez más las instituciones promuevan convocatorias específica con enfoque diferencial.

Saben que el campo de las artes genera “transformaciones emocionales”, pero ese no es su enfoque; su objetivo es abrir las brechas de participación cultural y permitir que las personas con discapacidad tengan acceso a una práctica artística.

Antes de empezar el ensayo general, Diana dice: “lo que sostiene y construye el discurso de la inclusión no solo es una manera de hacer, si no de pensar; una manera de ser, que se constituye con la colectividad.”​

Sus creaciones artísticas​

Las primeras obras de la compañía fueron creaciones de coreógrafos invitados y giraban en torno a la diversidad. Pero, desde 2019, iniciaron una exploración artística sobre experiencias vividas en los baños, la obra llamada 2/3 y un baño fue la primera creación que salió del marco de la diversidad.

Luego, en 2020, el Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo los invitó a hacer una coproducción en la que empezaron a hablar sobre la ira, una vez más se interesaron por un tema que no necesariamente hablaba de la diversidad, pero que sí los tocaba a todos.

Y, este sábado 2 de diciembre, se presentan con la obra Cancionero para la ausencia, en la sala Delia Zapata del Centro Nacional de las Artes, a las 5:30 p.m. Una obra que narra la ausencia, un emoción identitaria, una cruda realidad que deja la desaparición forzada en Colombia.

La obra tiene dos ejes temáticos: uno, trabajar por el acceso a la cultura universal, al acceso lingüístico, visual y auditivo, obras con personas con discapacidad, pero también obras que puedan ser vistas y percibidas por todas las personas. Y el dos, un tema transversal como la ausencia a través de cuatro canciones que trabajan diferentes sonoridades y que podrá ser disfrutada por todos y todas.​

“Mujer y artista en silla de ruedas”​

María José, que se presenta como “mujer y artista en silla de ruedas”, es integrante de Concuerpos y encontró en esta compañía, además de una familia, un discurso de inclusión que, según ella, está rompiendo con lo establecido, con las formas que se supone los seres humanos entienden sobre la belleza, sobre lo que es normal para cada uno.

Para Majo, como le dicen sus compañeros, la discapacidad es vista como un problema, que carece de cualidades. “O eso creen -dice-. La potencia que hay en la discapacidad merece salir al mundo y merece que la sociedad y la cultura puedan ver el gran valor del arte singular y diverso”.

Durante toda su vida ha tenido una lucha interna para salir de ese contexto, para decirle al mundo que debe ser “más empático”, entender que la movilidad y la forma como una persona usuaria en silla de ruedas se tiene que mover por Bogotá “es absurda”.

Su voz suave y pausada no disminuye la fuerza de sus palabras cuando describe la dificultad de ser la persona que quiere ser, por tener que estar en un mundo de estructuras ajenas. Y termina: “no hemos tenido voz y voto, y creo que hace falta que todos veamos la silla de ruedas en todos, no en el que no está caminando”.