Edna Dos Santos-Duisenberg tiene el mundo de la cultura en su cabeza. Ella fue la autora del reporte mundial de las industrias culturales que presentó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo en 2008 y que explicó, en detalle, cómo el mundo está cambiando su manera de pensar para dejar de ser una sociedad cuyas industrias más importantes se concentran en la producción de materias primas, para convertirse en un planeta que le apuesta a la creatividad y a las industrias culturales.

En otras palabras, un mundo regido como hasta ahora por los negocios y el mercado, pero que le apuesta a la cultura como herramienta definitiva para innovar y generar diferencia.

¿Por qué las industrias culturales son una salida a la crisis?

En Estados Unidos se comprobó que en los momentos de crisis la gente invirtió más dinero en las industrias creativas. De hecho, el cine, los libros y las obras de teatro se convirtieron en formas de escape. Los regalos de Navidad fueron discos y el consumo doméstico creció, en una demostración de cómo la cultura unifica  y crea identidad en tiempos difíciles.
 
 ¿Cuál es la diferencia entre innovación y creatividad?

La creatividad es lo que surge de la mente. La innovación es lo que se puede comercializar. La economía creativa crea desarrollo humano, potencia la diversidad cultural y dispara la creatividad. Lo mejor de este mundo económico es que los insumos principales de las industrias creativas son las ideas y la imaginación.
 
¿Cómo ve el desarrollo de las industrias culturales en Latinoamérica?

América Latina es tímida todavía. Tiene potencial y le ha ido bien, pero no lo ha logrado desarrollar a fondo. China está en este momento en el tope de las exportaciones creativas y nuestra región permanece apaciguada. Pero esta mentalidad está cambiando y es necesario, en este punto, reforzar el vínculo entre la creación y los negocios, y las alianzas entre el sector privado y público. Todos deben participar para sacar adelante este proyecto.

Este sector produce 420 millones de dólares al año. Y puede crecer más. Es hora de dialogar entre todos los sectores para sacar adelante las industrias culturales, que podrán, finalmente, salir a flote si hay una visión concertada.
 
 Usted dice, sin embargo, que los países en vías de desarrollo serán los que guiarán al mundo en esta materia...
 
A diferencia de las anteriores oportunidades en las que los países desarrollados guiaban el camino, esta vez todo será liderado por los países en vías de desarrollo. Lo bueno es que ese debate que se está generando en este seminario, se está dando en este mismo momento en todo el mundo y ya no se considera sólo como una opción para generar ingresos, sino que también se concibe como un modelo para dar empleo a poblaciones como ancianos y madres cabeza de familia. Además, potencia la diversidad, refuerza el vínculo entre el creador y el negocio y permite la aplicación de nuevas tecnologías. La obligación de esta sociedad ahora es que los jóvenes se enteren y divulguen este mensaje de esperanza.
 
 
Texto preparado por Enrique Patiño y Giselle Marín.