En el marco de la campaña ‘Mamá, cuenta conmigo’ del Ministerio de Cultura, que convoca a todas las madres a compartir la experiencia de leer juntos y en familia como una acción que fortalece los lazos afectivos en procura de hacer de la lectura un hábito diario, la actriz Cristina Umaña nos contó su experiencia como madre lectora.
¿Le leían cuentos cuando era pequeña?
CU. Sí, mi madre me leía cuando era pequeña.
¿Cómo hacían esa actividad lectora?
CU. Tengo recuerdos vagos, pero sí la recuerdo a ella y a mi papá leyéndome cuentos e inventándoselos. Antes de dormir se creaban historias y me las contaban para que yo me quedara dormida.
¿Tenía algún libro que le gustara o que leyeran una y otra vez?
CU. Recuerdo mucho por ejemplo Zoro de Jaime Aníbal Niño. Me encantaba. Era una historia que yo leía una y mil veces y que me llevó a unos mundos imaginarios, donde me guiaba Jairo Aníbal a través de la lectura. Yo creo que la lectura siempre va hacer un buen aliado en la vida de cualquier persona.
¿Cree que la lectura influyó en su carrera como actriz?
CU. Creo que muchísimos libros han influenciado mi vida como actriz. En la escuela tenía que leer un montón, sobre todo muchos de teatro, como Shakespeare. Jairo Aníbal me encantaba leerlo cuando era chiquita.
¿Desde cuándo comenzó a leerle a su hijo Baltazar?
CU. Desde que era un bebé tratamos de tener una dinámica de lectura con él, no siempre lo logramos, tengo que decirlo, pero sí tratamos de que sea constante. Le encanta que le lea cuentos y también le gusta oírlos. Tenemos esa rutina con él casi todos los días, o de leer o de escuchar historias.
¿Cómo ha recibido él esas lecturas? ¿Cree que le llaman la atención?
CU. A él le encanta que lea todos los cuentos; de dragones, de amigos imaginarios, de monstruos, de todo. Los clásicos como Los tres cerditos le fascinan. Ese, por ejemplo, me pide que se lo lea todo el tiempo. A él le encanta mucho que le lea, pero también le gusta que le ponga audio- libros y los oye.
¿Tienen algún ritual específico?
CU. Tenemos un ritual antes de ir a la cama: leer un cuento, escuchar una historia, rezar y dormirnos.
¿Lee previamente los libros que le va a leer?
CU. No los leo previamente, siempre los leo en la marcha con él. Lo que pasa es que me toca leerlos como 80 veces con él porque siempre me pide que se los repita y ya me los sé muchísimo. Pero si es un cuento nuevo que llega a la casa, que compramos o algo, yo me siento con él y le digo: “Mira, te traje este regalo. Sentémonos y lo leemos”. Entonces es como la sorpresa de lo que nos encontremos ahí en el libro los dos.
¿Comenta con otras madres los libros que le lee a su hijo? ¿Le aconsejan títulos?
CU. Sí, nos recomendamos libros y nos regalamos muchos en los cumpleaños. Pienso que nunca están de más. Ellos tienen demasiados juguetes, pero los libros nunca van a sobrar y nos intercambiamos también. Yo usualmente lo que hago es que cuando las mamás me preguntan qué quiere Baltasar de cumpleaños, por lo general les pido libros.
¿Ha llevado a su hijo a alguna biblioteca? ¿Cómo ha sido esa experiencia?
CU. Sí, he ido con él a bibliotecas. Últimamente no, pero cuando estaba más chiquito sí lo hacíamos más seguido. Era delicioso porque teníamos la oportunidad de leer un montón de libros. En una época lo llevaba a la obra del cuento en un lugar donde los jueves a las 5:00 de la tarde se reunían varios niños y había una persona que le contaba cuentos. Esas actividades me encantan. Cuando hemos tenido la oportunidad de viajar, por ejemplo, lo he llevado a bibliotecas.
¿Consultas libros en internet?
CU. Sí, consulto libros por internet. Depende de lo que esté buscando, pero yo busco libros que me resuelvan ciertas dudas, ya sea algún personaje que esté construyendo, guías espirituales, aquellos que me tranquilicen el corazón u obras que me recomiendan.
¿Qué opina de la propuesta del Ministerio de Cultura de leerles quince minutos a los niños todos los días? ¿Lo ha hecho? ¿Qué beneficios cree que genera esta práctica en los niños?
CU. Me encanta, sobre todo porque las mamás de hoy somos distintas a las de antes. Tenemos menos tiempo para nuestros hijos, nos vamos a lo indispensable, a sus necesidades básicas, porque a veces no tenemos tiempo de más, y porque la lectura se ha perdido mucho. Digamos que todo el tema tecnológico ha entrado ahí y ha creado una brecha grande entre la gente y los libros. Creo que es importante recordarnos a nosotras las madres lo importante que creemos ese hábito en los niños, y que hagamos de los libros unos aliados para ellos.
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Lucía Camargo Rojas
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