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2015-06-24
 

Marta Gómez y el arte de ‘Dar a luz’

 
 
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<div class="ExternalClass74E6B0ACA1424A7DBDB3D751E0ED9457">​Desde el 26 de junio Marta Gómez y Nicolás Buenaventura harán una gira con el espectáculo ‘Dar a luz’ por seis ciudades del país. La artista relata algunos aspectos del montaje, así como de la importancia que tiene la música en la búsqueda de la paz.</div>


Utilizando como recurso la música, la narración y la puesta escénica, el espectáculo ‘Dar a luz’ a cargo de la cantautora y ganadora del Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum Tradicional Infantil, Marta Gómez y el narrador y cineasta Nicolás Buenaventura, plantea un viaje sobre cómo se percibe el alumbramiento en diversas culturas del mundo.​

Los públicos de Pasto, Buenaventura, Andagoya, Mitú, Riohacha y Providencia, podrán disfrutar de este encuentro con los arrullos y canciones de cuna que integran esta pieza.

Entre los logros más importantes de Marta Gómez está el haber obtenido el Premio Grammy en la categoría de Mejor Álbum Tradicional Infantil, por su álbum Coloreando, el cual relata algunos aspectos de su formación, así como de la importancia que tiene la música a partir de los primeros años de vida.

La cantautora vivió sus primeros años en Cali. Luego de hacer estudios de Pregrado en música, en la Universidad Javeriana de Bogotá, se trasladó a Boston, con el fin de adelantar una Maestría en Berklee, donde recibió la beca  Best Achievement  y el Premio de composición Alex Ulanowsky por su bambuco ‘Confesión’ -“Vengo de una tierra que le sobra corazón y voluntad / Sueño con el día en que le sobre la razón para cantar”-, y se graduó Magna cum laude en 2002.

Pese a vivir en Nueva York durante más de 10 años, Marta Gómez siempre ha buscado los silencios presentes en un pueblo alejado de Argentina o una pequeña finca del Valle del Cauca para componer sus canciones; lugares a los que solía irse de vez en cuando para escapar de la locura cotidiana antes de radicarse en Barcelona, una ciudad tranquila que suele recorrer en bicicleta junto a su familia.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar junto a Nicolás Buenaventura en ‘Dar a Luz’?
Trabajar con Nicolás ha sido como un sueño, porque yo lo veía cuando tenía 15 años, en la Universidad, con su pelo largo, y era fan, fan. Mi esposo tiene un festival en Barcelona y queríamos llevarlo; nos conocimos, a él le gustó mucho mi trabajo, y comenzó a escribir ‘Dar a Luz’. Lo que él no sabía era que yo estaba embarazada, así que cuando estrenamos la obra mi panza parecía parte de la escenografía, y desde ahí hemos estado en varias partes: Polonia, Colombia y Estados Unidos.

¿De qué manera se desarrolla el espectáculo?
Nicolás va contando la historia de una mujer que está por parir y no puede, por lo que deciden llamar al cuentero del pueblo; y yo voy cantando cosas –soy la voz cantada del recuerdo de la mujer–, a veces lo acompaño con un cuento y a veces le sugiero el próximo.
 
¿Le sirvió esta experiencia para su trabajo en Coloreando?
Influyó mucho, de hecho Nicolás me mostro muchas canciones de cuna, porque él sí que hace un gran trabajo de investigación. Una de ellas –'Dormite'  que hace parte de ‘Dar a Luz’, está también en el disco y fue compuesta por Zuly Murillo.

¿Cómo surgió la idea de realizar ese álbum?
Este disco hace parte del Proyecto Global Language con el que se busca concientizar a los niños respecto a la importancia de hablar un segundo idioma. Inicialmente está destinado a niños que son hijos de padres inmigrantes que viven en el estado de Nueva York, y que muchas veces se avergüenzan de su lengua materna, haciendo que la olviden. La selección inicial estaba conformada por canciones con las que había crecido, pero que la verdad me parecían más bien feítas. Entonces decidí volverlas a hacer en ritmos folclóricos: 'Cucú cantaba la rana' la hice en un carnavalito, 'Al pasar la barca' en vallenato. No fue algo que pensara mucho, sino más bien orgánico porque me pareció que así sonaría bonito.
 
En Colombia, el Ministerio de Cultura, Fundalectura y el ICBF acaban de presentar un proyecto de similares características para diversas culturas indígenas: De agua viento y verdor. ¿Cuál es la pertinencia de este tipo de iniciativas?
La música es muy poderosa y activa una serie de emociones en el cerebro por ejemplo, personas con Alzheimer olvidan todo menos una canción, y ahora mismo con todo esto del proceso de paz se está viendo la importancia del arte –yo misma hago parte de un proyecto muy bonito que se adelanta en Barcelona llamado Colombia en paz–, puesto que necesariamente se tendrán que generar nuevos espacios para el perdón.
 
¿Cuál es para usted la forma de generar esos espacios? 
Muchas veces va a resultar muy difícil que la víctima se siente junto al secuestrador, pero si están al lado viendo un concierto hay otra cosa: en un país tan frío como los Estados Unidos, la gente en un concierto comienza a relacionarse unos con otros porque el arte de alguna manera ablanda. Es algo mágico que no sabría describir.

Su más reciente disco –Este instante–, incluye el tema 'La esperanza canta', que tiene el testimonio de varias mujeres que además son colombianas…
Compuse ese tema a pedido de la Fundación Hope sings, que trabaja para fomentar los microcréditos entre mujeres que trabajen, quienes además tienen unos altos índices de cumplimiento; les solicité que me enviaran todos los testimonios que tuvieran de mujeres, y al hacer el disco le pedí al productor que incluyera algunas de esas voces.

¿Cómo observa el papel que viene desempeñando el Ministerio de Cultura en ese camino hacia la reconciliación?
Yo creo que el Ministerio de Cultura le está apostando mucho a todos estos procesos. Concretamente me gusta lo que ha ocurrido en actividades como la Franja Infantil del Festival Centro que estuvieron dedicadas a la Primera Infancia.

Muchas de sus canciones reflejan un estado que pareciera una imposible mezcla de sufrimiento y optimismo. ¿Cómo llega a ese punto?
Creo que esa es la clave: hacerlo desde la alegría. Hace poco, por ejemplo, canté una canción que solía interpretar Mercedes Sosa y que a mí me gusta mucho: 'Tristeza' –“Ay, qué camino tan desparejo / La angustia cerca y mi niño lejos”-. Yo pensaba ¿cómo le voy a decir a los niños esto? Y entonces lo hago a través de la gratitud, y por eso los invitaba a darle un beso a la mamá.

El optimismo es algo muy colombiano, y de lo que creo surge eso del “país más feliz del mundo” –frase que considero todo un irrespeto–, pero que quiero creer está vinculada a ese espíritu alegre de la gente que uno percibe como si estuviera muy mal desde afuera, pero que sin embargo manifiesta todo lo contrario: hay un optimismo real que yo no veo en otros países, pero que también suele traducirse en un olvido permanente y en un estado de servidumbre terrible.

¿Qué papel tendrán los artistas durante el post conflicto?
¡Todo! El arte ha perdido mucho peso y muchos artistas han limitado a entretener. Pero la sociedad debe entender que hay un conflicto, que los conflictos se puede resolver; que las cosas se pueden decir por su nombre; que uno tiene derecho a la tristeza, pero también a buscar una solución. Tiene que haber más espacios para la reflexión.

¿Cómo se imagina en un escenario sin guerra?
A mí me encantaría llegar a los pueblos más afectados por la violencia –aquellos donde ha habido esas masacres tan terribles–, e ir a las diferentes plazas acompañada de los artistas y sus guitarras, dispuestos a cantar y a sanar: decirle a la gente que lo ocurrido no puede olvidarse, pero que debemos ser capaces de volver a comenzar.

¿Tiene alguna rutina de trabajo? 
Siempre estoy escribiendo y lo primero que se me ocurre es una idea literaria; lo siguiente es pensar mucho en el ritmo y ya me siento a componer. A veces sale y otras se queda en una idea que nunca llega a ser canción. Si es un tema sobre desplazados, por dar un ejemplo, estoy todo el tiempo leyendo e indagando sobre el tema durante semanas, hablo con la gente –sobre todo cuando se trata de temas por encargo–; de manera que cuando ya estoy con la guitarra en la mano generalmente la canción sale en una hora.

¿Y qué viene en el futuro para la carrera de Marta Gómez?
Estoy trabajando en dos discos para niños –Canciones de sol y de luna– que están a medio grabar, previstos para salir en 2016, y que a diferencia de Coloreando están conformados por canciones de mi autoría o de autores jóvenes. El primer disco es de canciones de cuna y el otro de canciones de día, concebidos para ser escuchados por los padres junto a sus hijos –sobre todo el primero–, de manera que ni papá o mamá lo oigan solos, sino acompañados de sus pequeños hijos.
 
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Texto
Juan Carlos Millán Guzmán
Dirección de Artes,
Ministerio de Cultura
Tel. 3424100   Ext. 1504
Cel. 311 878 67 43

Más información para prensa: 
Ministerio de Cultura
Grupo de divulgación y prensa
Lucía Camargo Rojas
3156446971
3424100 ext 1294

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