• ​​Este 2 de noviembre comenzó la conmemoración por los 38 años de los sucesos del Palacio de Justicia con la presencia de algunos familiares de las víctimas y del ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa, quien les pidió perdón en nombre del Estado colombiano.​
• El Museo de la Independencia - Casa del Florero reabrió la sala ‘La historia de la casa, la casa en la historia’, en la que examina algunos de los hechos históricos que han ocurrido en sus instalaciones, incluyendo el traslado, el interrogatorio y la tortura, por parte de miembros del Ejército Nacional, de decenas de personas que habían salido con vida de la Toma y la Retoma del Palacio de Justicia.
• Dentro de la nueva sala se exponen tres maquetas que hicieron parte de la exposición “Huellas de Desaparición”, realizada entre la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición y la agencia internacional de investigación Forensic Architecture.

Bogotá, 3 de noviembre de 2023 (@mincultura). Las salas y los pasillos del Museo de la Independencia - Casa del Florero, ubicado en plena Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, fueron testigos de uno de los hechos más atroces de la historia reciente del país: el traslado, el interrogatorio y la tortura, por parte de miembros del Ejército Nacional, de decenas de personas que habían salido con vida de la Toma y la Retoma del Palacio de Justicia, ocurridas entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985. Varios de ellos, incluyendo a muchos inocentes, terminaron siendo asesinados, enterrados en fosas comunes y desaparecidos para sus familiares y amigos durante años.

En ese mismo lugar, este 2 de noviembre, inició la conmemoración por los 38 años de los sucesos del Palacio de Justicia con la presencia de algunos familiares de las víctimas y del ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa. Fue un acto de reflexión sobre la memoria, la verdad y la importancia de narrar y mostrar lo que sucedió para que no se olvide y nunca vuelva a ocurrir.​

El acto giró en torno a la reapertura de la sala ‘La historia de la casa, la casa en la historia’, en la que el Museo de la Independencia examina algunos de los hechos históricos que han ocurrido en sus instalaciones: el Grito de la Independencia en 1810, los disturbios del Bogotazo en 1948 y la Toma y Retoma del Palacio de Justicia en 1985.

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Sobre este último hecho, el Museo expone desde esta semana tres maquetas que hicieron parte de la exposición “Huellas de Desaparición”, realizada entre la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición y la agencia internacional de investigación Forensic Architecture. Se trata de una investigación que usó análisis de datos, animaciones en 3D y la construcción de modelos digitales y físicos, así como entornos de realidad virtual, para demostrar lo qué ocurrió con las personas que salieron con vida del Palacio de Justicia y fueron llevados a la Casa del Florero.

De hecho, luego de ver la sala, los invitados hicieron un recorrido por los lugares de la casa en donde sucedieron los hechos del 6 y el 7 de noviembre de 1985. Con la guía de Sebastián Tovar, mediador educativo del Museo, caminaron por los pasillos y las salas que los militares usaron hace 38 años para interrogar, separar, vigilar y torturar a muchas personas.

“Estos hechos han sido materia de discusión, de demandas y de sentencias internacionales. Por eso hoy yo, como miembro del Estado colombiano y del gobierno del presidente Gustavo Petro, ofrezco disculpas y quiero hacer un acto público de perdón a cada una de las personas que el gobierno de ese momento violentó, ultrajó y ocultó. Una verdad que duró sepultada durante muchos años. Su lucha tiene que ser reconocida y nos empeñaremos en que así sea”, les dijo el ministro de las Culturas a las víctimas.

Para Alejandra Rodriguez Cabrera, hija de Carlos Augusto Rodriguez Vera, administrador de la cafetería del Palacio de Justicia y uno de los desaparecidos, el camino que han vivido las familias desde que empezaron con la búsqueda de sus seres queridos no ha sido fácil. “El hecho de que hoy se esté inaugurando esta sala y de que vayan a tener esta exposición de la Comisión de la Verdad y Forensic Architecture es un logro que hemos obtenido después de 38 años. Nos costó 38 años que se reconociera que en esta Casa del Florero se cometieron torturas por parte del Ejército Colombiano”.

Algo similar piensa Alexandra Sandoval Mantilla, hija de Emiro Sandoval Huertas, quien murió en el Palacio de Justicia, en medio de los enfrentamientos entre los guerrilleros del M19, que se habían tomado las instalaciones, y el Ejército.

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Él no hizo parte de las personas que fueron llevadas a la Casa del Florero, pero su familia descubrió años después que los restos que les habían entregado en 1985 no eran de él. Y aunque luego aparecieron en una fosa común del Cementerio del Sur, ella sabe que hay muchas otras familias que no han corrido con la misma suerte y le pide al Estado que se comprometa a buscar e identificar a los que faltan.

“A mí me sorprende que, 38 años después, la gente todavía se nos acerca y nos cuenta en dónde estaban ese día y cómo se dieron cuenta de lo que había pasado. Eso muestra que esta es una herida que no solo llevamos las familias del Palacio de Justicia sino todo el país. Y por eso es tan importante que se abran estos sitios de dignificación de la memoria y de la verdad”, explica ella.

El Museo, de hecho, tiene preparada una agenda de actividades para conmemorar la Toma y la Retoma del Palacio de Justicia durante el mes de noviembre, incluyendo una lectura dramática de ‘La Siempreviva’ de Miguel Torres (7 de noviembre), otro recorrido comentado por los lugares donde sucedieron los hechos en la Casa del Florero (10 de noviembre) y una serie de talleres sobre el duelo, la memoria y la construcción de paz.

Como explica Elvira Pinzón, directora del Museo de la Independencia-Casa del Florero, “durante muchos años no se supo qué había sucedido en esta casa y nuestra misión, como museo, es darlo a conocer y reflexionar sobre eso para que sean hechos que no vuelvan a suceder en nuestra historia”.