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“Seguiré buscando la fotografía hasta que pueda alzar la cámara”, Milton Ramírez

 Este 20 de febrero, en el Día Nacional del Fotógrafo y el Camarógrafo, celebramos sus oficios y contribución a la memoria visual y a la cultura del país. Milton Ramírez, conocido en el sector cultural como @fotomilton, uno de ellos.

20-02-2024
Milton Ramírez
 
Milton Ramírez, conocido en el sector cultural como @Fotomilton

​Bogotá, 20 de febrero de 2024 (@mincultura). Milton Ramírez dice que lo fascinante de esta profesión radica en su capacidad para dejar un documento, una huella. Y son muchas las que ya ha dejado a su paso.

“La fotografía –explica– me emociona; registrar un personaje, un evento, me maravilla. Tras reflexionarlo profundamente, opté por la fotografía en lugar del vídeo. Considero que contar una historia con una sola imagen es más difícil y desafiante”.

Y así la fotografía se convirtió, hace más de 50 años, en su conejo blanco –como el personaje de Alicia en el país de las maravillas que hace que la protagonista lo persiga ciegamente a lo largo de la historia– porque lo arrastra cada día a lugares y encuentros insospechados.

Su padre​

Su fascinación comenzó desde muy pequeño, cuando descubrió la cámara de cajón que tenía su papá, una figura inolvidable y determinante en su vida y en sus grandes pasiones, una de ellas la lectura, una amiga fiel.

“La imagen de ternura que tengo es la de mi padre. Tenía toda la paciencia para explicarme cuando estaba leyendo. Mi ilusión era aprender a leer como él, quería ser como mi papá”, recuerda.

Su experimentación fotográfica comenzó a los 12 años, cuando, luego de muchos ruegos, su padre aceptó prestarle una cámara Olympus Pen para llevarla al colegio. Con ella registro por años, clases, paseos, partidos de fútbol y ensayos de gimnasia.

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La cámara también representó la oportunidad de comenzar a revelar sus fotografías en el colegio, gracias a la complicidad del profesor de química que le abrió un espacio en el laboratorio y le enseñó cada paso del revelado.

“En esa época me apasioné por los comics, por los libros y por la fotografía. Comencé a revelar y a ver esa magia de cómo va apareciendo la imagen en el papel. Más tarde, cuando tenía 16 años, ya con esos pinitos, empecé a estudiar fotografía por entregas, por fascículos”, relata Ramírez.

@fotomiltonFotografía finalista del Premio Nacional de la Fotografía Canon en 2009. Miembros de la comunidad Nukak Maku. Foto:@fotomilton.


El trabajo​​​

Desde que comenzó a trabajar, la fotografía estuvo presente en diferentes momentos y de maneras insospechadas. Primero, en el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), donde su oficio era sistematizar la prensa colombiana. En esa época leía entre siete y ocho periódicos diariamente, prestando especial atención a la reportería gráfica.

Luego, cuando ingresó a la Biblioteca Nacional –por carrera administrativa hace 32 años, entonces Colcultura, hoy Minculturas donde permanece como funcionario–, en el área de atención al público conoció a grandes fotógrafos colombianos como Nereo López, los hermanos Oscar y Ernesto Monsalve, y Diego Samper.

“A ellos los contrataban investigadores y revistas para hacer macrofotografías de documentos, manuscritos y fotografías –recuerda Ramírez–. Eran piezas de 1945 hacia atrás, que no podían ser fotocopiadas, podrían dañar su conservación”.

De esta manera, tuvo la oportunidad de acompañarlos en sus sesiones fotográficas, dialogar con ellos y conocer los secretos de su oficio. Este periodo acrecentó su pasión y lo convirtió en un experto en este tipo de registros al servicio de los visitantes de la biblioteca.

Nereo LópezFotografía de Nereo López. @fotomilton 

Nereo​​​​

Sobre Nereo López, Ramírez dice que ocupa un capítulo especial de su vida porque se constituye en uno de sus grandes referentes: “Fue mi maestro, con el tuve una relación muy cálida. Lo conocí cuando la biblioteca iba a adquirir gran parte de su colección”.

Y es que Nereo encarna el perfil del fotógrafo viajero, explorador y humanista, que aportó un capítulo especial en el desarrollo del fotoperiodismo nacional. “Tanto él como el maestro Manuel Zapata Olivella –asegura– fueron quienes comenzaron a mostrar al país a esa Colombia profunda, a los afros, a los indígenas y a los campesinos. Eso me marcó. Fue cuando dije: ‘yo quiero ser así’”.

Fue real cuando compró su primera cámara digital. Milton Ramírez dejó de preocuparse de si había dinero o no para revelar sus rollos. De esta manera, con su cámara en mano, comenzó a registrar cada celebración histórica que tuvo como epicentro a Bogotá.

De esta manera, en una conmemoración del Día de la Afrocolombianidad en la Plaza de Bolívar, captó una imagen que marcó su vida: cuatro niños afro que vivían la programación de esta fecha.

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Un año más tarde, gracias a una convocatoria de la alcaldía, esta fotografía se convirtió en la imagen de esta conmemoración y en su pasaporte para comenzar a registrar diferentes momentos de la agenda del ministerio en los territorios. Un reconocimiento de la ministra de ese momento, Paula Moreno.

@fotomiltonImagen del Día de la Afrocolombianidad, 2009.

“A los ocho días comencé a viajar y así inició mi historia con los afros, los indígenas y las tribus urbanas de la mano de la fotografía”, dice.

Los últimos años han sido de cambios y de movimientos en la institucionalidad, pero Ramírez ha permanecido atento a cada oportunidad de registrar la cultura, las artes y los saberes de este país, así como a sus protagonistas.

Hoy, con 66 años y a pocas semanas de pensionarse, Milton Ramírez proyecta sus próximos pasos nuevamente de la mano de la fotografía: “Seguiré buscando la fotografía hasta que pueda alzar la cámara. Quiero ganarme un Premio Nacional de Fotografía con el premio a toda una vida de trabajo, con la memoria visual de la cultura más grande de Colombia”.

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