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“La capacidad de resistencia de las y los trabajadores del San Juan era fuente constante de inspiración”

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Hablamos con el académico e investigador César Abadía, un egresado de la Universidad Nacional que documentó las luchas por la supervivencia del San Juan de Dios y el Materno Infantil, declarados monumento nacional en 2002.

16-09-2024
hospital san juan de dios y materno infantil

Este mes arrancaron las obras de intervención del Instituto Materno Infantil. Foto: Erick Morales/Minculturas​​

​​Por Nataly Rodríguez Rincón

César Ernesto Abadía Barrero (Bogotá, 1971) es odontólogo de la Universidad Nacional de Colombia, Doctor en Antropología y académico activista. Ha realizado diversas investigaciones sobre la privatización de la salud y los movimientos sociales en este ámbito. Es autor del libro Salud en ruinas, que retrata los procesos dolorosos de ahogar financiera y emocionalmente a los hospitales y, con ello, a las personas que integran este ecosistema. Actualmente es docente en la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos.

La conexión de Abadía con el Instituto Materno Infantil empezó en 1992, en una de sus rotaciones hospitalarias, cuando una docente le enseñó a él y a sus compañeros la importancia de la salud oral en mujeres embarazadas y recién nacidos. Tras la firma de la Ley 100 de 1993 empezó a cuestionarse sobre el funcionamiento del sistema de salud en Colombia y, buscando entenderlo desde una perspectiva social, decidió realizar un doctorado en Antropología Médica en la Universidad de Harvard, que culminó en 2003. Con esta formación adquirió las herramientas necesarias para abordar su investigación desde las Ciencias Sociales.

Al regresar al país en 2005, Abadía fue testigo de los estragos que causó el cierre de varios hospitales públicos, incluido el San Juan de Dios. Preocupado por el posible fin del Instituto Materno Infantil, que también enfrentaba amenazas de cierre, inició una investigación colaborativa sobre el Instituto que le tomó alrededor de 10 años y que plasma en Salud en ruinas. En este libro recopila las historias de docentes, pacientes, trabajadores y estudiantes que pasaron por el San Juan en un periodo de casi 60 años. Allí muestra, además, cómo era el sistema de salud antes de la ley 100, así como los procesos de resistencia de los profesionales de la salud. 

El Instituto Materno Infantil forma parte de los 24 edificios que integran el Hospital San Juan de Dios, y que fueron declarados Monumento Nacional o Bien de Interés Cultural del ámbito nacional gracias a la Ley 735 de 2002. Este edificio ya cuenta con la autorización de la Secretaría Distrital de Salud, en calidad de propietaria del predio, para avanzar en las obras de restauración, rehabilitación y reforzamiento estructural previstas. Las obras para intervenir la fachada del Instituto arrancaron este mes de septiembre y se inscriben en el Proyecto de Recuperación del San Juan de Dios, un compromiso del Gobierno nacional que es liderado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes. 

El pasado 8 de agosto, el equipo de Divulgación y Activación Social de MinCulturas, junto a la iniciativa de la Universidad Nacional ‘Unidos por el San Juan’ organizaron el conversatorio Tradiciones del cuidado médico en el Instituto Materno Infantil. Este evento contó con la participación de estudiantes, profesores y miembros de la comunidad del barrio Policarpa.  César Abadía fue el ponente principal. 

La actividad comenzó con un recorrido guiado por los alrededores del Hospital San Juan de Dios, donde se compartieron anécdotas y se destacaron los avances de su recuperación. En este espacio también participaron miembros del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), quienes recordaron a los asistentes que el San Juan de Dios y el Instituto Materno Infantil son patrimonio de todos.

hospital san juan de dios

Una imagen de un recorrido guiado por los alrededores del Hospital San Juan de Dios el pasado 8 de agosto. Foto: Ministerio de las Culturas


La caminata concluyó en el salón comunal del barrio Policarpa, donde se llevó a cabo un conversatorio dirigido por Ingrid Morris, asesora del grupo de Divulgación y Activación Social del Ministerio de las Culturas, y Manuel Vega, líder del mismo equipo.  

Después del encuentro conversamos con Abadía sobre sus investigaciones y sus vínculos con el San Juan de Dios y el Materno Infantil. 

Cuéntenos su experiencia en el Hospital San Juan de Dios y en el Instituto Materno Infantil.

Nosotros teníamos la oportunidad de hacer rotaciones en los hospitales y aprender del trabajo interdisciplinario y de los equipos de salud, atendiendo a todo tipo de poblaciones que llegaban al hospital. Allí se recibían poblaciones indígenas de territorios nacionales, así como poblaciones vulnerables de la ciudad y junto con docentes y estudiantes de otras carreras de la salud, aprendíamos lo que era un manejo integral y estomatológico en el Materno Infantil y en el Hospital San Juan de Dios. 

¿Cómo surge su interés por investigar sobre el Materno Infantil?

En 2005 se anunció que el Instituto iba a cerrar y desde entonces me interesé en hacer una investigación colaborativa con trabajadores, docentes, estudiantes y pacientes al interior del hospital. Quería entender lo que ocurría con la salud en el país.

Mi trabajo fue desde la antropología, hice un ejercicio de seguimiento y acompañamiento desde el 2005 hasta el 2019 para mirar cómo era la lucha por la defensa del hospital, por mantenerlo abierto y por contra la privatización de la salud en el país.

¿Qué representa el Instituto Materno Infantil para usted?

Es el Hospital insignia de la medicina moderna en ginecología, pediatría y neonatología en Colombia, con una larga historia junto con el Hospital San Juan de Dios, que dio origen a los principios de la medicina en el país, junto con la Universidad Nacional de Colombia. Desde su fundación, se convirtió en el hospital universitario donde se entrenaron varias generaciones de profesionales de la salud.

¿Cuáles son los pilares por los que considera que el Instituto Materno Infantil es tan importante para el país?

Se relacionan con el proceso de investigación, docencia y atención de las poblaciones más vulnerables de todo el país. Allí se gestaron algunos de los avances más importantes en ginecología, pediatría y particularmente en perinatología y neonatología; por ejemplo, el programa madre canguro y la adaptación del recién nacido, que fueron pilares y se convirtieron en parte de la escuela de la Universidad Nacional de Colombia.

hospital san juan de dios y materno infantil

Foto: cortesía César Abadía.


Mencione tres hallazgos de su investigación que considere fundamentales para la historia del Instituto Materno Infantil

Yo pienso que una de las cosas más interesantes que aprendimos con este trabajo es que estos hospitales representan una escuela de pensamiento que se encarnaba en las facultades de salud de la Universidad Nacional de Colombia, y esas escuelas no tienen que ver solo de dónde salen sus egresados, sino de cómo los procesos históricos y políticos se encarnan en esas formas de practicar y enseñar la medicina. 

Otro de los puntos centrales es que había unas particularidades en la calidad del cuidado y de la enseñanza que hacían que los procesos de medicina y atención en salud fueran muy propios y vinculados a las condiciones sociales, políticas y económicas del país.

Tal vez el último hallazgo importante es que en los procesos de violencia del capitalismo y de violencia económica, como puede ser la desfinanciación de los hospitales, se viven situaciones profundas de destrucción emocional, física, pero también de legados históricos.

De las historias que conoció en su investigación sobre el Materno Infantil ¿Hay alguna que lo haya tocado especialmente?

De las más fuertes es la historia colectiva de las y los trabajadores, a quienes tuvimos el privilegio de acompañar en su lucha de muchos años por la reivindicación de sus derechos laborales y por la defensa del hospital y su patrimonio. No conozco otros referentes históricos del tipo de violencia a la que fueron sometidos por tantos años. Empleados públicos y estatales a quienes no se les liquidaban sus contratos, pero tampoco se les pagaban sus salarios ni su seguridad social eran obligados a asistir diariamente al hospital bajo la amenaza de que se les podía acusar de abandono de cargos y ser despedidos. A los meses de salarios atrasados, se sumaba la burla y amenazas de la agente liquidadora y representantes del gobierno, las noticias que les desprestigiaban, la presencia ocasional de la policía con el riesgo de enfrentarse a la expulsión definitiva del hospital y la justicia que demoró en llegar y fue, en términos generales, “parcialmente justa”. Estos trabajadores de la salud emblemáticos para la historia del país no tenían derecho a salarios o liquidaciones justas, pero tampoco derecho a enfermarse, ya que no estaban al día con sus pagos de seguridad social. Y en medio de todas estas agresiones, su capacidad de organización y resistencia por la defensa del hospital era fuente constante de inspiración. 

¿Por qué es importante apostar por la salud como un derecho de los ciudadanos?

Porque siempre hemos sabido que hay un antagonismo entre salud como derecho o salud como mercancía. Si consideramos la salud como uno de los derechos sociales, económicos y culturales conexos con los derechos a la vida y la dignidad, entonces podemos señalar a los estados como los responsables de su garantía y exigirle su cumplimiento. Sectores privados con ánimo de lucro no tienen la obligación de garantizar el goce efectivo de los derechos sino obligaciones contractuales y necesidad de generar rentabilidad a sus dueños o accionistas. Además de esto, la salud como derecho ha sido una conquista histórica a nivel mundial y varios estudiosos y teóricos de la bioética y los derechos humanos han mostrado cómo la mercantilización de la salud atenta contra el goce efectivo de este derecho.  

¿Cree que la recuperación del San Juan de Dios será un aporte social en ese sentido?

Efectivamente, ya que se reivindica el carácter público de los hospitales y la regencia académica de la Universidad Nacional, lo que le vuelve a colocar dentro del histórico de luchas sociales y reivindicaciones de la salud como derecho de todas y todos. Pero además de esto, le da un nuevo impulso a la escuela de pensamiento crítico en salud más importante del país.​​

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