Miles de personas llegaron a Cartagena este 1° de abril para disfrutar de uno de los festivales de cine más grandes de Latinoamérica. En su versión 64, el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI) abrió sus puertas en el emblemático Teatro Adolfo Mejía con un documental que reivindica las identidades diversas, el rol de la mujer en las comunidades ancestrales y pone la mirada sobre el territorio. En Alma del desierto, que dio apertura a la edición 64, la cineasta cartagenera Mónica Taboada-Tapia cuenta la historia de Georgina, que, en la aridez del desierto, inicia un reencuentro con sus hermanos y una lucha por ser reconocida y nombrada.
“La función básica del cine es social. Esa función social consiste en reconstruirnos como sociedad, en mostrarnos como un espejo, para mostrar qué somos y poder cambiar y transformarnos. Por eso es tan importante narrarnos de puertas para adentro, narrar nuestra cotidianidad y los secretos que hay en nuestras casas. Para que nos reconstruyamos y seamos una sociedad más viable”, dice Harold Trompetero, director colombiano de películas tan recordadas como Diástole y Sístole.
El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes apoya económicamente al FICCI a través de su Lista Bienal de Proyectos de Interés Nacional, pero además tiene una participación activa, a través de la Dirección de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos, con la que hace énfasis en la necesidad de trascender la visión del cine como industria del entretenimiento, y en girar la mirada a esas historias inclusivas, regionales, comunitarias y que resaltan la diversidad de voces y culturas en Colombia y el mundo.
Hasta el 5 de abril, el cine comunitario y el trabajo audiovisual y cinematográfico con pueblos indígenas hacen presencia en el festival mediante una serie de conversatorios, talleres y encuentros que lidera el Minculturas. “Haremos varios encuentros alrededor del cine comunitario. En Colombia hay una tradición de cine comunitario que junta a la comunidad, a personas de todas las edades, de todas las condiciones, alrededor de un tema que los acoge. Esta es una oportunidad y un pretexto para hacer cine que se le muestra al mundo, y aquí hablaremos de eso”, comenta Diana Díaz Soto, directora de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos del Minculturas, durante la inauguración del Festival.
Más sobre el FICCI 64
La iniciativa Cine en los Barrios, del FICCI, recorrerá diversas localidades de Cartagena con muestras de películas al aire libre. Esta sección itinerante del festival se inauguró en el Parque Espíritu del Manglar el 1° de abril a las 7:00 p.m. con la película boliviana El guardián de perros, del director Vinko Tomicic. Cine en los Barrios visitará sectores como Nelson Mandela, Nuevo Paraíso, Torices, Villa Corelca, San Fernando, República de Chile, Blas de Lezo, entre otros, con más de 50 proyecciones por toda la ciudad.
“Estar sentados frente a desconocidos, y compartir una experiencia como el cine, eso se mantiene, y no está exclusivo en las salas. Un proyector, al aire libre, con una pantalla, en un festival como en el FICCI que va a los barrios, tiene esa magia de la comunidad participando en un sueño que alguien creó, produjo, distribuyó. Ofrece en ese momento un tiempo de conexión para pensar en nuestras realidades, cuestionarse nuestra relación con la naturaleza y otras comunidades. Entonces es poderoso porque permite mecanismos especiales de convivencia”, dice Juan David Orozco, cineasta y productor durante el festival, en Cartagena.
Además de charlas, conversatorios, talleres y muestras de cine, el festival hará un homenaje a personas que han marcado la historia del cine en distintas latitudes y géneros. Entre ellos, el cineasta canadiense Xavier Dolan, reconocido por películas como Matthias y Maxine (2019), Mommy (2014) y Laurence anyways (2012); además, la actriz española Ángela Molina, quien trabajó en películas como Carne trémula y Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar; el chileno Pablo Larraín, director de películas como María Callas (2024), Spencer (2021), Jackie (2016) y Una mujer fantástica (2017), y el exministro de cultura haitiano Raoul Peck, documentalista de cintas como No soy tu negro (2016), El joven Karl Marx (2017) y Ernest Cole: Lost and Found (2024).
El FICCI es un recordatorio de la multiplicidad de lenguajes para narrar nuestras historias. Es un lugar de encuentro, en el que cineastas, productores, actores y actrices, guionistas y personas interesadas en el cine conversan sobre las nuevas apuestas y formas que tiene el audiovisual para reflejar lo que somos. “Por eso es que es tan lindo este Festival de Cine de Cartagena, porque es la posibilidad de que la gente que está haciendo cine venga, las proyecten al mundo, a la crítica y a los periodistas”, dice Camila Loboguerrero, directora, guionista y montajista de cine, durante la inauguración del festival.