Para Gloria Susana Leguizamón de Millán, cuidar del medio ambiente es algo instintivo. Sus más de 60 años de experiencia en el cuidado y la protección del patrimonio biocultural del Tolima la llevaron a la fundación del Grupo Ecológico Consejo Verde Líbano (GECOVEL).
Su interés por el cuidado medio ambiental surgió a temprana edad gracias a su papá. Él le inculcó el respeto a la naturaleza que le despertó una sensibilidad especial. A los siete años comenzó a preservar las zonas verdes que había a su alrededor y en su colegio. El impulso vino de un ejercicio de observación. Le llamaba la atención el servicio desinteresado de las plantas. “Brindan todo y piden a cambio solo agüita”, dice con ilusión.
A partir de allí, a Gloria le ha seguido una vida dedicada a la preservación e investigación medioambiental que le ha valido diversos reconocimientos. Leguizamón fue ganadora de la convocatoria de Trayectorias del Ministerio de las Culturas que reconoció en junio a 70 personas mayores de 70 años que han realizado aportes invaluables a las culturas y las artes en el país. El Minculturas habló con ella a propósito de los más de 60 años que ha dedicado al cuidado y la protección del patrimonio biocultural y social en el Tolima.
Minculturas: ¿Qué la llevó a usted a fundar el Grupo Ecológico Consejo Verde Líbano (GECOVEL)?
GL: Yo ingresé, más o menos en el año 72, a hacer un estudio en la Javeriana. Logré pasar allá a pesar de no ser docente. El curso era para hablar de ecología y eso me motivó mucho. Después conseguí un puesto en el Técnico Industrial. Cuando llegué allá, me asignaron la materia de estética. Yo pensé en introducir ecología a esa parte. Al comienzo hubo muchas críticas por parte de mis compañeros. Poco a poco, las críticas cesaron y a los muchachos les gustó el tema. Entonces, empecé a impulsarlo más creando un grupo de estudio. Se llamó Grupo Ecológico. Ahí fue que nació, el 15 de febrero de 1977. Unos años después nacieron los Consejos Verdes de los municipios. En ese momento ya teníamos un grupo fortalecido que se vinculó al Concejo Verde del Líbano. Eventualmente los consejos se terminaron, pero el grupo siguió.
Minculturas: ¿Cómo ha sido el proceso con jóvenes en el grupo?
GL: Los niños y jóvenes han respondido muy bien. Muchos iniciaron formándose en el colegio. Luego se unieron estudiantes de otras instituciones que también ingresaron al grupo. Es el único grupo ambiental en el que la mayoría de los participantes son niños, ellos son acompañados por docentes. Siempre he motivado a los jóvenes a participar en los distintos escenarios que ofrece el municipio con temática ambiental. Tienen participación en espacios como el Plan de Desarrollo Turístico y el Consejo Territorial de Planeación. GECOVEL hace parte del Comité Interinstitucional de Educación Ambiental. Estos espacios a los que ha ingresado el grupo les permiten a los muchachos conocer cómo son los procesos de protección ambiental más allá del aula de clase.
Minculturas: ¿Cómo fue la creación del Jardín Botánico Municipal “Raúl Echeverry Echeverry”?
GL: Hubo un internado llamado Manuel Mejía. Este fue un internado campesino que era del Comité de Cafeteros. Un día, después de que cerrara, me dijeron que había soca de café –una técnica agrícola que consiste en podar las plantas de café hasta su base para rejuvenecerlas y mejorar su productividad– en el lugar, que era un sitio muy bonito. Yo fui de visita con los alumnos y dije “el lugar está perfecto para un jardín botánico”. De ahí surgió la idea de hacerle esa propuesta al alcalde de la época. Le gustó la idea y cuando se fue a retirar de la alcaldía en el 94 dejó por acuerdo la creación del Jardín Botánico Municipal “Raúl Echeverry Echeverry”. Ese acuerdo ha protegido el espacio durante los años. En el Jardín tenemos ya módulos de la Defensa Civil, la Cruz Roja, la Liga contra el Cáncer y las Damas Grises. El proyecto ha ido llamando gente, pero siempre se ha mantenido como una iniciativa voluntaria. No se cobra por expediciones botánicas, por avistamientos, por conferencias. Todo lo que hacemos es sin costo alguno y eso creo que llama también mucho la atención sobre el trabajo de nuestra comunidad.
Minculturas: ¿Qué actividades se han implementado para introducir a los jóvenes al cuidado ambiental?
GL: Los proyectos que impulsamos son especialmente investigativos. En el 2000, los estudiantes realizaron el estudio florístico del Monte Tauro, que es la única reserva natural que tiene Líbano y que no es reconocida por el Sistema Departamental de Áreas Protegidas. CORTOLIMA apoyó el estudio, que después obtuvo un lugar entre los 10 mejores proyectos en el Congreso Ecológico Departamental. En otro congreso ganamos con el estudio florístico y la recuperación de la quebrada en El Alto San Juan. Ese proyecto fue patrocinado y se sembraron especies nativas en la rivera de la quebrada. Los jóvenes también realizaron el estudio florístico del Jardín Botánico. Realizamos un libro que va ya para la séptima edición. También se hizo un reporte de las principales aves del Líbano. Participamos en las ediciones del Global Big Day de la Universidad de Cornell, allí tenemos registradas ya 87 especies que se encuentran en el Jardín Botánico. Cada una de ellas cuenta con un estudio que realizamos.
Foto: Cortesía | Gloria realiza recorridos con jóvenes, en los cuales los impulsa a seguir su curiosidad investigativa.
Minculturas: ¿Por qué cree que es importante hacer investigación ambiental en Colombia?
GL: La investigación ambiental es necesaria porque uno, lo que conoce, lo defiende. Entonces, a los niños desde pequeñitos se les debe fomentar la curiosidad investigativa. Es importante que ellos mismos investiguen, que inicien desde lo más sencillo. Comienzan con semilleros que realizan al finalizar las expediciones botánicas. Cuando vuelven al jardín, revisan el progreso de las semillas que plantaron. Eso les despierta la curiosidad investigativa que después se mantiene. Varios exalumnos, ya en su edad adulta, han continuado una línea investigativa en sus profesiones.
Minculturas: ¿Cuáles son los retos que usted ve que enfrenta la protección del patrimonio Biocultural en Tolima?
GL: Yo creo que hay un reto que no es exclusivo de la región: vencer el pensamiento de las clases políticas. Desafortunadamente, la gente piensa solo en el signo peso. Lo que no da plata y no tiene lucro, no vale la pena. En campaña se habla mucho del tema ambiental, pero termina siendo finalmente un tema de segundo plano. Es un reto duro vincularlos a la temática ambiental. Por eso también es importante impulsar a la gente joven a defender la naturaleza.
Minculturas: ¿Qué considera que es esencial para proteger la biodiversidad en el país?
GL: La educación es la base de todo. La concientización es esencial a todo nivel. Muchos niños ya tienen claridad en el tema, pero los mayores no. A ellos les falta formación. Yo creo que para que haya un verdadero respeto por la biodiversidad, tiene que haber unas políticas públicas y ambientales en los municipios donde se defienda a capa y espada la biodiversidad.
Minculturas: ¿Cómo ha visto usted cambiar la percepción de la gente sobre la importancia de cuidar el medio ambiente?
GL: Ahora hay más consciencia. La gente del común sí está más preocupada. Yo sí veo que eso ha cambiado la concepción de la necesidad de proteger al ambiente, especialmente en la comunidad. Hace falta que se dé también en la clase política. En ese sentido, creo que es importante que los jóvenes sean persistentes, tercos. Toca seguir adelante, y seguir luchando para que alguien escuche. Para mí fue importante el reconocimiento a mi trayectoria por parte del Ministerio de las Culturas. Me da impulso. A mí me gusta trabajar por el ambiente, preparar docentes, y nuevas generaciones de investigadores ambientales.
