Abadio Green Stocel viste una camisa blanca y cubre su cabello con un sombrero negro. En sus muñecas carga dos manillas tejidas y en su pecho dos collares que lo protegen en su andar. Confiesa que su nombre originario es Manipiniktikinya, que quiere decir el nacimiento de la plata nueva, la plata como columna vertebral de la madre tierra.
Desde su origen ha estado íntimamente conectado con la naturaleza, con el conocimiento de las abuelas, de los ancestros. Nació en una isla cerca de la frontera con Panamá y del Golfo de Urabá, donde el río Atrato se encuentra con el mar, donde los manglares actúan como una barrera ante la erosión costera.
Abadio es teólogo, filósofo y magíster en Etnolingüística y, actualmente, asesor de asuntos Étnicos del Ministerio de Educación. A lo largo de su vida ha tenido diferentes primeras veces: fue uno de los primeros indígenas en obtener un doctorado, es el primer profesor indígena de una universidad en Colombia (Universidad de Antioquia en Medellín). Allí dirige la Licenciatura Pedagogía de la Madre Tierra que, desde el 1° de febrero de 2011, está aprobada por el Ministerio de Educación.
Conversamos con él sobre este enfoque académico que le está apostando a posicionar una consciencia sobre la relación entre naturaleza y educación artística para afrontar la crisis ambiental que afecta al planeta.
Minculturas: ¿Cuál es su reflexión sobre el modelo de educación actual?
Abadio Green: Ya hay una crisis civilizatoria porque el sistema de educación ha estado alrededor del ser humano, pero ese sistema que está en Colombia ni siquiera es colombiano. Viene de otros lados. Es un modelo copiado de Europa, de Norteamérica, de Canadá. No hemos construido nuestro propio modelo. Nosotros, desde la Universidad de Antioquia, planteamos que, para poder hacerse el cambio sustancial en la educación, el sistema debe estar alrededor de la madre tierra.
Minculturas: ¿Cuál sería el propósito de este enfoque que ustedes han planteado?
A.B: La propuesta que estamos planteando es que la madre tierra sea el centro. No es algo solo para Colombia sino para el mundo, porque la educación con enfoque biocultural ayudaría a afrontar la crisis ambiental: el calentamiento global, el aumento de las aguas en el mundo. Ya no sería una educación individualista, sino comunitaria. No sería la educación desde la racionalidad únicamente, sino desde el corazón. Ya no sería desde una posición de un pensamiento lineal, sino desde el pensamiento en espiral. Sería desde la espiritualidad, del espíritu de las plantas, de las montañas, de las lagunas, de los mares.
Minculturas: ¿Cuál es la relación entre el ser humano y la tierra?
A.B: Somos tierra, en la tierra encontramos montañas, pero esas montañas están en mi cuerpo. En la madre tierra encontramos piedras preciosas, encontramos el oro, encontramos la plata, encontramos esmeraldas, que están en mi columna vertebral, pero este cuerpo que yo tengo es bio, es vida, es danza, es canto.
Minculturas: Justamente acaba de anclar esa relación entre la humanidad, la educación, la naturaleza. ¿Cómo podría esta perspectiva sensibilizar a la sociedad?
A.B: Porque si ponemos a la tierra como centro, decimos que venimos aquí, a este planeta, a cantar, a danzar, a ponerle poesía, a proteger, porque hacer el tejido, hacer el canto, hacer los bailes es protección y es sanación.
Minculturas: ¿La visión de su comunidad ha influido en su camino y en la creación de la Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra que usted impulsó en la Universidad de Antioquia?
A.B De lo que conversamos nosotros, de la madre tierra, no es ajeno. Nadie puede decir: “Ah, no, eso es de los indígenas”, no, eso es de la humanidad.
Simplemente que la educación que nos han entregado no ha dado cuenta de la importancia de esto. Por ejemplo, nunca nos han hablado de Gaia. Gaia es una palabra griega y quiere decir diosa primordial de la tierra y es un concepto milenario.
Minculturas: Usted también presenta una relación entre la madre tierra y la mujer. ¿Por qué?
A.B: Es reflexionar de dónde vengo yo. Si pensamos en que mi madre, que viene de la abuela, y la abuela viene de mi bisabuela, y mi bisabuela viene de mi tatarabuela, nos encontramos que somos la misma humanidad. El arte es eso, el arte de danzar, de cantar, de pintar, es volver a nuestro origen y se convierte en sanación. Lo que estamos planteando es una educación maternal, porque nosotros como seres humanos somos maternales por excelencia, hombres y mujeres, porque venimos del vientre de una mujer.